3 propuestas sólidas, con identidades bien marcadas y un espíritu completamente DIY se presentaron por primera vez en CDMX gracias a Zepeda Bros. Raiotz, banda originaria de Monterrey, lideró el cartel en lo que fue su primera presentación como estelares en la capital, y lo hizo con una entrega total con la participación de HEYJAX.

La noche arrancó con Cartas de Vincent, banda capitalina que no pasó desapercibida desde los primeros minutos. Portando unos cascos con estética futurista, sorprendieron visualmente antes de soltarse con su set. Al quitarse los cascos y arrancar sus temas más potentes, dejaron ver una propuesta fresca con tintes experimentales que llamó la atención. Aunque aún están en una etapa temprana, hay algo en su sonido que vale la pena seguir.

Luego fue el turno de Seven Years, una agrupación tapatía que también debutó en tierras chilangas. Con dos vocalistas que no pararon de interactuar con la audiencia, mostraron carisma, potencia escénica y una base instrumental muy bien ejecutada. Su hardcore melódico pero cargado de rabia y con una mezcla de surf conectó inmediatamente con el público, consolidando su lugar como uno de los actos destacados de la noche.

El clímax llegó con Riot, quienes finalmente tuvieron su momento en CDMX. Con un sonido agresivo y técnico, demostraron por qué están ganando terreno rápidamente dentro de la escena nacional y porque son de las pocas bandas que están haciendo las cosas bien. Un momento especial fue cuando Raúl García, mejor conocido como Hey Jax, se subió al escenario para participar en uno de los temas. El influencer del metal nacional se entregó junto a la banda y desató aún más euforia entre los presentes.

Un detalle que no puede dejarse de lado fue la calidad del merch. Tanto Riot como Seven Years y Cartas de Vincent ofrecieron playeras con gráficos muy bien trabajados, con diseño profesional y estética cuidada. Sin duda, un reflejo de que la escena nacional está tomando con seriedad todos los frentes, no solo el musical.
Aunque el venue no estuvo al tope, la vibra fue genuina. Muchos de los músicos se quedaron entre el público después de tocar, conviviendo, tomándose fotos y disfrutando con sus seguidores. Este tipo de eventos demuestran que el hardcore mexicano está más vivo que nunca, construyendo comunidad desde abajo, con talento real y pasión inquebrantable.
Gracias Zepeda Bros por las atenciones.
Reseña y fotografía: Gio Blvvsh